El pasado 4 de julio se celebró un nuevo aniversario de la inauguración de este emblemático centro cultural, hace ya 127 años. Hoy, el Teatro Grez vuelve a brillar gracias a eventos que lo han puesto en el centro del casco histórico de la capital.
Cuenta la historia que el Teatro Grez nace con la idea de que los pacientes de la entonces Casa de Orates, tuvieran una socialización más efectiva y, con ello, mejores expectativas de recuperación de sus males.
Era la llamada "Belle Époque", fines del siglo XIX y donde el incipiente desarrollo de las artes escénicas y la creciente profesionalización de la psiquiatría chilena - enriquecida con ideas traídas desde Europa y la llamada "cuestión social", que incorporaba nuevos tratamientos que consistían en que los internos realizaran distintos trabajos y oficios, tuvieran espacios de libertad y también de entretención - daba el contexto ideal para materializar la idea de construir un teatro, donde se pudieran desarrollar artes como la música, la danza y el teatro.
Llegó el 4 de julio de 1897 y el imponente edificio de 11 metros de ancho por 26 de largo, aproximadamente, construido en muros de albañilería de 50 cms. de espesor, con una puerta de 2,25 metros de ancho en su entrada principal, era inaugurado después de un año de construcción.
Uno de los elementos que hacen de este teatro un lugar único, son una serie de murales en las paredes interiores, que datan del 1904 y si bien no se conoce con seguridad su autoría, el conjunto mural, particularmente las pinturas de paisajes, han sido atribuidas al artista nacional Pedro Lira (1845-1912) y a sus estudiantes.
Las imágenes de los murales son de gran formato y están compuestas por dos paisajes, diez cuadros individuales en los muros laterales con retratos de artistas clásicos - Moliere, Goethe, Shakespeare, Homero, Dante, Virgilio, Lope de Vega y Calderón de la Barca - y dos alegorías de musas griegas, junto a otros motivos arquitectónicos decorativos.
Hoy, esos frescos aún son visibles, aunque muestran el inexorable paso del tiempo. Wally Schlechter, encargada del Teatro Grez, explica que el deterioro se explica por varios factores. “Los años, sin duda. Las goteras y además debido a que durante muchos años funcionó la lavandería justo al lado, siendo los vapores un factor de daño importante. También a que durante un tiempo el Teatro Grez fue usado como bodega de excluidos”.
Así, este centro cultural instalado en pleno casco histórico de Santiago, tuvo su época de gloria, de la mano de los psiquiatras que vieron en el arte y su desarrollo, una forma de recuperación concreto para los pacientes con enfermedades mentales.
Muestran los textos históricos que, en la primera mitad del siglo XX, el salón albergó un sinnúmero de conciertos, muestras de danza y obras de teatro, a las que llegaban unas 600 personas por función, provenientes de distintas zonas de la capital.
Pasaron los años y la Casa de Orates se transformó en Hospital Psiquiátrico. Sin embargo, el teatro dejó de ser una prioridad, ya que, como explica Wally Schlechter, “Llegó a ser usado como bodega. Fue el Dr. Luis Gomberoff quien dio indicaciones de cambiar la bodega a otro sitio y recuperar el teatro”, con lo que se dio pie a que volviera a recuperar parte de su magnificencia, explica la encargada del Teatro.
Fue recién en 2016 que el Teatro Grez logra la categoría de Monumento Histórico, hito que para Carolina Carvajal, encargada de Patrimonio del Instituto Psiquiátrico Dr. José Horwitz, un hecho relevante, ya que “supuso poner en valor un monumento significativo no sólo desde el punto de vista patrimonial, sino que también de reconocer el sentido y el valor que tenía para la salud mental y la psiquiatría este edificio. Significa darle un estatus y luego reconocer que debe ser conservado y no puede ser destruido”.
Y es en ese escenario, que desde Patrimonio del Instituto Psiquiátrico, “estamos haciendo esfuerzos por buscar financiamiento para elaborar proyectos arquitectónicos para, a largo plazo, restaurar y conservar este Monumento Histórico”, reconoce Carolina Carvajal.
Según el Director del Psiquiátrico, Dr. Juan Maass Vivanco, el Teatro Grez ha vuelto a cumplir un rol fundamental en la vinculación con la comunidad, ya que “hemos vuelto a abrir las puertas para distintos eventos como seminarios, cuentas públicas y encuentros de distintos tipos”.
“Es nuestra idea que el Teatro Grez recupere el brillo que tuvo al inicio de sus días y para eso queremos abrirlo nuevamente a la comunidad y, además de las charlas y seminarios que ya se hacen, queremos volver a ver eventos musicales, de danza y de teatro en los que podamos conectarnos con la ciudadanía, para que este vuelva a ser un polo de desarrollo de la cultura, inserto precisamente en una institución abierta que vela por la salud mental de las y los chilenos”.
La idea es que “cumpla 127 años más y vamos a trabajar con el Servicio de Salud Metropolitano Norte y las instituciones que nos permitan darle una nueva vida a la cultura y las artes a través de nuestro Teatro Grez”, adelanta el Director del Psiquiátrico, Juan Maass.
Así, el Teatro Grez se erige como un edificio lleno de historia que, desde su inauguración hace 127 años, busca vincular la realidad de la salud mental de Chile, con el desarrollo del país.